Municipio de Ancud interviene batería San Antonio tras actos vandálicos
La acción de desconocidos continúa en este sitio histórico, por lo que nuevamente se están realizando reparaciones a los muros.
A poco más de 1 año de las últimas reparaciones que se realizaron en la batería/fuerte San Antonio de Ancud, nuevamente el municipio ha vuelto a realizar trabajos en los muros de este monumento histórico de la ciudad, todo debido a que algunos vándalos insistentemente continúan destruyendo parte de la estructura de esta bicentenaria fortificación.
La idea detrás de las obras es reparar los deterioros que, si se llegaran a acumular, podrían poner en riesgo la integridad estructural completa de los muros, y con ello, de las personas que visiten el monumento. La intervención se está realizando sin la necesidad de cerrar el fuerte y con recursos propios del municipio, previo pedido de autorización al Consejo de Monumentos Nacionales.
El recinto fue construido en piedra y fajina, y pertenecía al conjunto de fortificaciones o fortalezas situadas en la bahía de Ancud ubicándose en el denominado "Subsistema San Carlos de Ancud", que además incluía las baterías de Punta Teque, el Fuerte Real de San Carlos, la batería Campo Santo, la batería del Muelle y la batería de Puquillihue, esta última declarada Monumento Histórico Nacional en 1926 y que fue destruida por los propios ancuditanos (al igual que el Castillo de Agüi, Agui o Ahui).
Cabe mencionar que respecto a potenciales trabajos mayores, aun no se conocen de manera pública los resultados del "Diagnóstico sistema de fortificaciones de Ancud" adjudicado el 5 de marzo de 2013 por $93.500.000.- a un plazo de 365 días según se desprende del decreto respectivo de la Dirección de Arquitectura del MOP al que accedió La Opinión de Chiloé.
Con tal diagnóstico se diseñó una propuesta de Modelo de Gestión para el Sistema de Fortificaciones Españolas de Ancud que se presentó el tercer trimestre del año pasado y que aún no tiene luz verde ni tampoco se ha sociabilizado con la población de la ciudad; todo dentro del marco de una evidente gestión turístico-patrimonial altamente deficiente que ha significado el abandono de otros recintos dentro de la comuna como Balcacura, Chaicura y Ahui, en los que se invirtieron miles de millones de pesos para restaurarlos (sólo en Ahui se destinaron $1.023 millones), y que durante el verano carecían de guías, no tenían señalética adecuada, tenían basura, malezas, entre otras materias.
