Confirman primer caso de eventual estafado por AC Inversions en Chiloé
La denuncia se realizó en Castro, mientras que la identidad del afectado se mantiene en reserva, no descartándose que pudieran aparecer otros casos en la provincia.
Durante la mañana de ayer jueves 3 de marzo se confirmó el primer caso de una víctima de Chiloé que fue estafada por AC Inversions, propiedad de Patricio Santos Hernández quien además era el gerente. La información fue proporcionada por el Fiscal Regional Marcos Emilfork, quien señaló que la denuncia se recibió en la ciudad de Castro, manteniéndose la identidad en reserva, e informándose que el sujeto habría invertido dos millones de pesos en septiembre de 2012, desconociéndose si habría realizado retiros.
El caso de la capital de la provincia de Chiloé se unió a otros 16 en Puerto Montt y uno en Puerto Varas; en conjunto, el monto defraudado aproximado ronda los 400 millones de pesos, no descartándose la aparición de nuevas denuncias. Al respecto, todos los antecedentes serán derivados a la investigación que se está realizando en la Fiscalía Regional Metropolitana Oriente.
Santos, quien vivia en una modesta vivienda de Pedro Aguirre Cerda, una de las comunas más pobres de la región Metropolitana, inició su "emprendimiento" en 2012, pasando en menos de un año sin estudios conocidos y sólo a base de eventuales engaños a vivir en un lujoso condominio en Calera de Tango, manejar dos ferrarris (por cerca de $1.000.- millones de pesos) y disfrutar de algunas extravagancias como comprar una camiseta de Colo-Colo por $1.200.000.-, comprar tres palcos en el Estadio Monumental por cerca de $56.000.000.- o comprar el caballo pura sangre "El Comando" cuyo padre es el norteamericano potro "Lookin At Lucky" valorado en más de $300.000.000.-.
AC Inversions operaba según un esquema piramidal donde las rentabilidades de los clientes antiguos se pagaba con el dinero fresco de los nuevos clientes que se pudieran captar, sin que haya ningún otro tipo de negocios u actividad que genere ganancias: cuando ya los flujos de recursos comenzaron a desaparecer, el fraude quedó al descubierto.
La empresa ofrecía hasta 7,5% mensual de rentabilidad para captar clientes, lo que anualizado representa un total de 138,18%; sin embargo, según se desprende de un contrato tipo al que tuvo acceso La Opinión de Chiloé, tal porcentaje se fijaba en base a presuntas inversiones ambigüas y no detalladas indicándose que se pagaría gracias a la "aplicación de los conocimientos financieros y del mercado de monedas que la empresa aplique sobre él". Lo sorprendente es que el documento (que se firmaba en Santiago) era relativamente artesanal y sin ningún concepto financiero robusto, sino más bien un breve escrito con simples cuatro cláusulas usando la figura de "mutuo a la vista", o un pseudo préstamo.