Inauguran Iglesia de Chelín restaurada por más de 1.000 millones
Terminada en 1888 en Chelín Alto o Huechu Chelín, la restauración se enmarca en el compromiso del Gobierno de Chile con la UNESCO.
Con la presencia de autoridades comunales, provinciales y regionales, hoy 21 de noviembre se realizó la ceremonia de reapertura de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario de Chelín tras poco menos de dos años de trabajos que tuvieron como objetivo restaurar en su totalidad el templo declarado Monumento Histórico y Patrimonio de la Humanidad el año 2000.
El tempo se ubica en la isla Chelín, que hasta antes de la expulsión de los Jesuítas era parte de la cabecera de Puqueldón. Su construcción se realizó con maderas de ulmo, tepa, canelo y alerce probablemente después de la creación de la viceparroquia homónima en 1868 y se emplazó en la zona de Huechu Chelín o Chelín Alto o Gran Chelín, denominándose así porque se transformó en la cabecera religiosa del resto de islas, estimándose su finalización en 1888. El lugar donde está emplazado actualmente se le llama Chelín Bajo, nombre que se vincula a la configuración del poblado actual pero no a su denominación histórica.
El presupuesto destinado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional para las obras superó los 1.000 millones de pesos, y comenzaron oficialmente el 7 de diciembre de 2013. En su restauración participaron carpinteros chilotes y profesionales de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé (FAICH), organización con sede en el antiguo edificio de las Hermanas de la Caridad Cristiana Hijas de la Bienavenurada Virgen María de la Inmaculada Concepción levantado en 1874 en Ancud.
Luego, los trabajos abarcaron 375 metros cuadrados de edificación y la habilitación de un centro de visitantes de 30 metros cuadrados; adicionalmente, se ralizó la limpieza del cementerio, el mirador y el camino peatonal. Además, se procedió a restaurar algunas piezas de imaginería del tempo adscritas a la antigua Escuela Chilota de Imaginería que se desarrolló en el archipiélago de Chiloé a partir del siglo XVI.
Tras menos de dos años de trabajo, se ha restaurando y tratado las maderas que aún se conservan en buen estado, además de reemplazar aquellas que ya estaban demasiado deterioradas respetando los mismos empalmes y ensambles originales, todo enmarcado en la tradición constructiva de la centenaria Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera.