Este lunes se vota Parque Eólico Chiloé de Ancud cuya inversión es de US$250 millones
El multimillonario y polémico proyecto se localizaría en el sector costero de Mar Brava, a 17 km al oeste de Ancud.
Este lunes alrededor de las 15.00 horas se procedería a votar el Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto “Parque Eólico Chiloé”, una multimillonaria obra de generación de energía renovable no convencional a través de la instalación de 42 aerogeneradores de 2,4 MW de potencia cada uno en un área de 25 hectáreas que en su conjunto suman un total de 100,8 MW, vale decir, el consumo eléctrico de 115.000 familias.
Adicionalmente, el proyecto de la empresa chileno-sueca Ecopower incluye la construcción de una Línea de Alta Tensión (220kV) de una longitud de 28,1 kilómetros (con 108 torres y 14 vértices con estructuras de anclaje), dos subestaciones eléctricas (Mar Brava y Choroihue), caminos de acceso, sala de control y la habilitación de una franja de seguridad de 30 metros por el trazado de la línea.
El transporte de los materiales e insumos requeridos para el desarrollo del proyecto se llevarán a cabo por dos rutas. Los materiales e insumos de menor volumen como cemento, acero, insumos varios, además del traslado del personal que trabajará en la construcción de la obra, se harán desde Ancud por la Ruta W20 y posteriormente por las Rutas W220 y W234. Mientras que los equipos de mayor magnitud, como las partes que componen los aerogeneradores, se transportarán desde Europa a la costa de la X Región en aproximadamente 7 naves especiales para el traslado de este tipo de carga, con una frecuencia estimada de una nave al mes; estos equipos serán descargados en forma directa a las barcazas que las trasladarán al sector de Punta Quetalmahue, donde se tiene considerada la instalación de una rampa desmontable de piedraplén.
Polémica
Diversas organizaciones sociales, empresarios, agrupaciones ecológicas, políticos y personas naturales han mostrado su descontento frente a este proyecto desde sus inicios, por razones económicas, ambientales, sociales y culturales, entre otras. En particular:
Algunas organizaciones sugieren que el proyecto afectará la avifauna costera, lo que modificaría significativamente sus modos de vida, subsistencia y de desarrollo productivo, sea en el área de producción de recursos para su mercado natural que es la ciudad de Ancud, sea en el área de producción turística rural.
Las mismas indican que el ruido de los aerogeneradores podría llevar a relocalizar algunas viviendas ubicadas a 500 metros o menos de alguno de ellos.
Las comunidades indígenas aledañas han apelado al derecho a consulta establecido en el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y que no fue considerado durante la Declaración de Impacto Ambiental cuando el proyecto se presentó por primera vez (Antu Lafken de Wentetique y Lauquen Mapu de Katrumán, sumándose además la comunidad de Calle que se formalizó después). Tras una batalla judicial de la comunidad Antu Lafquen, la Corte Suprema les dió la razón.
Por otro lado grupos ambientalistas han señalado que al menos el 40% del proyecto podría ocasionar impactos sustantivos a especies que se aproximan a la costa y afectar la población de ballenas azul y otras especies marinas que utilizan la zona a largo plazo. Además, se teme que el ruido que generará la construcción del parque, y eventual contaminación, afecte el hábitat de los cetáceos.
La construcción de la rampa desmontable y las rutas de navegación que usarían los 7 barcos que transportarían materiales también son objeto de preocupación, dado que podrían pasar por áreas de concentración de cetáceos, lo que constituye una amenaza adicional que podría tener como consecuencia la muerte de ejemplares de poblaciones de cetáceos.
El valor paisajístico de la zona es otro tópico que es objeto de controversia, dado que algunas organizaciones sociales han señalado que se podría destruir las dunas del sector.